miércoles, 21 de abril de 2010



CLIMAS- ANDRÉ MAUROIS
"Todo el encanto de una amistad nueva reside en esa inagotable creencia, en esa curiosa esperanza que nos posee, de llegar a transformar, en beneficio propio, un pasado que no fue tal como hubiesemos deseado que fuese, por el solo hecho de negarlo. Pero nuestra amistad no se encuentra ya en esa fase que aun hace posible las confidencias fáciles y halagadoras. Los hombres suelen entregar su alma, al igual que su cuerpo a las mujeres, por zonas sucesivas, y siempre muy bien defendidas. Una tras otra, lancé a la batalla mis tropas más selectas y secretas. Mis verdaderos, mis auténticos recuerdos, situados en su obscuro reducto, van ahora a rendirse y aparecer a la luz del día. (...)
(...) El amor absoluto no existe y el oportunismo del Corazón es la única sabiduría sentimental".

miércoles, 24 de marzo de 2010

A SANGRE FRÍA- TRUMAN CAPOTE (1965)

"Eché a andar en dirección a casa, y hacia la mitad del camino bordeado de olmos chinos, vi al viejo collie de Kenyon. Estaba asustado. Se quedó alí quieto, con el rabo entre las piernas; sin ladrar, sin moverse. Y al ver a aquel animal... en cierto modo reviví lo que acababa de presenciar. Había estado demasiado aturdido, demasiado obnubilado para darme cuenta cabal de la saña atroz de lo que había visto. Del dolor. Del horror. Estaban muertos. Toda la familia. Gente amable y buena, gente que yo conocía. Habían sido asesinados. Tenía que creérmelo, porque era rigurosamente cierto".

MOBY DICK (1851)- HERMAN MELVILLE

"Llamadme Ismael. Hace unos años - no importa cuánto tiempo exactamente-, con muy poco o ningún dinero en el bolsillo y sin nada en tierra que me interesara, creí que podría ir a navegar por ahí y ver la parte acuática del mundo. Es mi modo de ahuyentar la melancolía y regular la circulación. Cada vez que me sorprendo con una expresión de tristeza en la boca que va en aumento; cada vez que un húmedo noviembre de llovizna anida en mi alma; cada vez que me descubro deteniéndome involuntariamente ante las tiendas de ataúdes, y siguiendo a cualquier funeral con que me encuentro; y especialmente si la hipocondría me domina de tal modo que hace falta un sólido principio moral para no salir a la calle y derribar metódicamente los sombreros de los transeúntes, entonces, comprendo que ha llegado la hora de hacerme a la mar cuanto antes. Éste es mi sustituto para la pistola y la bala".
(...)

miércoles, 3 de marzo de 2010


TRÓPICO DE CAPRICORNIO- HENRY MILLER(1961)

"Una vez que has entregado tu alma, lo demás sigue con absoluta certeza, aun en pleno caos. Desde el principio nunca fue sino caos: el fluido que me envolvía, que aspiraba por las branquias. En el substrato, donde brillaba la luna, inmutable y opaca, todo era suave y fecundante; por encima, disputa y discordia. En todo veía yo en seguida el extremo opuesto, la contradicción y, entre lo real y lo irreal, la ironía y la paradoja. Era el peor enemigo de mí mismo. No había nada que deseara hacer que no pudiese igualmente dejar de hacer. (...)
(...) Todo lo que ocurre, cuando tiene importancia, es contradictorio por naturaleza. Hasta que apareció aquella para la que escribo esto, pensaba que las soluciones para todo se encontraban en algún lugar exterior, en la vida, como se suele decir. Cuando la conocí, pensé que estaba aprehendiendo la vida. Y, en cambio, se me escapó la vida de las manos. Extendí los brazos en busca de algo a que apegarme... y no encontré nada. Pero, al hacerlo, con el esfuerzo por aferrarme, por apegarme, descubrí, pese haber quedado desamparado, algo que no había buscado: a mi mismo. Descubrí que lo que había deseado toda mi vida no era vivir, sino expresarme. Comprendí que nunca había sentido el menor interés por vivir, sino sólo por lo que ahora estoy haciendo, algo paralelo a la vida, que pertenece a ella y al tiempo la sobrepasa. Lo veradero me interesa poco o nada, tampoco lo real, siquiera; solo me interesa lo que imagino ser, lo que había asfixiado día a día para vivir".

EL EXTRANJERO- ALBERT CAMUS (1952)

"Esperé. El fuego del sol ardía en mis mejillas y sentía las gotas de sudor acumularse sobre mis cejas. Era el mismo sol del día en que enterré a mamá y, como entonces, me dolía sobre todo la frente y todas sus venas batían a un tiempo bajo la piel. Esa quemadura que no podía soportar me hizo dar un paso hacia adelante. Sabía que era estúpido, que no me desembarazaría del sol desplazándome un paso. Pero di un paso, un solo paso hacia adelante.(...) Fue entonces cuando todo vaciló. Del mar llegó un solplo espeso y ardiente. Me pareció que el cielo se abría en toda su extensión para vomitar fuego. Todo mi ser se tensó y mi mano se crispó sobre el revolver. El gatillo cedió, toqué el pulido vientre de la culata y fue así, con un ruido ensordecedor y seco, como todo empezó. Sacudí el sudor y el sol. Comprendí que había destruido el equilibrio del día, el silencio excepcional de una playa donde había sido feliz. Entonces disparé cuatro veces sobre un cuerpo inerte en el que se hundían las balas sin que lo parececiese. Fueron cuatro golpes breves con lo que llamaba a la puerta de la desgracia".

sábado, 30 de enero de 2010



EL GUARDIÁN ENTRE EL CENTENO- J.D. SALINGER (1951)

“Creí que era, «Si un cuerpo coge a otro cuerpo» -le dije-, pero, verás. Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adonde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería, pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura.
(…) Pensé que encontraría trabajo en una gasolinera poniendo a los coches aceite y gasolina. Pero la verdad es que no me importaba qué clase de trabajo fuera con tal de que nadie me conociera y yo no conociera a nadie. Lo que haría sería hacerme pasar por sordomudo y así no tendría que hablar. Si querían decirme algo, tendrían que escribirlo en un papelito y enseñármelo. Al final se hartarían y ya no tendría que hablar el resto de mi vida. Pensarían que era un pobre hombre y me dejarían en paz. Yo les llenaría los depósitos de gasolina, ellos me pagarían, y con el dinero me construiría una cabaña en algún sitio y pasaría allí el resto de mi vida. La levantaría cerca del bosque, pero no entre los árboles, porque quería ver el sol todo el tiempo. Me haría la comida, y luego, si me daba la gana de casarme, conocería a una chica guapísima que sería también sordomuda y nos casaríamos. Vendría a vivir a la cabaña conmigo y si quería decirme algo tendría que escribirlo como todo el mundo. Si llegábamos a tener hijos, los esconderíamos en alguna parte. Compraríamos un montón de libros y les enseñaríamos a leer y escribir nosotros solos”.

lunes, 25 de enero de 2010



CRIMEN Y CASTIGO- DOSTOIEVSKI (1866)

"Pero, ¿porqué me habré metido tantas copas en el cuerpo? ¡Porque esos malditos me han obligado a discutir! ¡Yo que me había jurado no hacerlo…! El caso es que sueltan tales bestialidades… ¡Por poco me pego con ellos! [...] ¡Reclaman la impersonalidad total y encuentran en ello lo mejor de lo mejor! ¡Hay que hacer todo lo que se pueda para no ser uno mismo, para asemejarse a sí mismo lo menos posible! Lo consideran la expresión máxima del progreso. Si por lo menos soltaran los despropósitos que se les han ocurrido, pero ni eso… [...]
¿Qué cree usted? ¿Cree usted que yo me irrito porque dicen mentiras? ¡Ca! ¡A mí me gusta que mientan! Mentir es el único privilegio del hombre frente a las instituciones. ¡Quien miente llega a la verdad! Por eso soy hombre, porque miento. No se ha llegado a ninguna verdad sin haber mentido antes unas catorce veces, y quién sabe si ciento catorce, y eso es honroso a su modo. ¡Pero nosotros ni siquiera sabemos mentir por inspiración propia! Miente todo lo que quieras, pero miente por ti mismo, y entonces te cubriré de besos. Mentir según dicta el propio ingenio, es casi mejor que decir la verdad de otro. En el primer caso, se es persona; ¡en el segundo, un loro! La verdad no se pierde; en cambio, la vida se puede machacar; ha habido ejemplos. Y todos nosotros, ¿quien somos ahora? En lo que toca a la ciencia, al desarrollo, al pensar, a los inventos, a los ideales, a los deseos, al liberalismo, a la razón, a la experiencia y a todo, todo, todo, todo, todo, nos encontramos aún en la primera clase de párvulos. ¡Nos gusta satisfacernos con la inteligencia ajena, y nos hemos dado un atracón! ¿No es cierto? ¿No es como digo? ¿No es así?".